El Esperanto es un idioma creado a finales del siglo XIX. Su rápida difusión fue frenada por las dos guerras mundiales y sus hablantes fueron perseguidos por dictaduras de signo diverso y por EEUU, unos por considerarlos espías, otros una conspiración judía y los últimos por filo-comunistas. Aún así, la lengua ha llegado hasta nuestros días. En 2017 se realizó en Corea del Sur el 102º Congreso Mundial de Esperanto. En julio de 2018 tuvo lugar el 103º en Lisboa. Estos congresos suelen congregar más de mil participantes de todos los continentes sin necesidad de traductores. Año tras año siguen celebrándose estas reuniones a nivel mundial y en muchos países individualmente, así en España se celebró en 2019 en Málaga y todos los años se reúnen los esperantistas de Andalucía en su congreso anual.
El idioma funciona con muy pocas reglas, que no tienen excepciones, y una forma de construir y utilizar las palabras que lo hace más fácil de aprender. Se ha demostrado que aprenderlo facilita el uso posterior de otros idiomas mejor que mediante el francés, el inglés o el alemán. No existe una cultura oficial que haya que conocer, un acento oficial, o una nación que lo controle o defienda su titularidad.
En Esperanto se escribe poesía, novelas y artículos científicos; hay programas de radio, grupos de música, revistas, etc. Existen versiones en Esperanto para programas de ordenador, navegadores, Wikipedia, etc. Y hay asociaciones internacionales de todo tipo, como filatélicas, académicas, juveniles, vegetarianas, etc.
En muchas ciudades grandes y pequeñas hay asociaciones locales de Esperanto donde puede estudiarse gratis el idioma, además de una gran cantidad de cursos por Internet. Así, por ejemplo, la versión de Duolingo para aprender Esperanto dirigida a angloparlantes, se lanzó en 2015 y en 2016 tenía ya medio millón de estudiantes. La versión para hispanoparlantes surgió un año después, consiguiendo 50 mil estudiantes en pocos meses.
No se sabe a ciencia cierta cuántas personas lo hablan, pero sí que está presente al menos en 120 países. Sevilla tiene una asociación esperantista local (por cierto, creadora de una serie de cortos para niños que ha sido ya traducida a otros idiomas); en Andalucía contamos con la Asociación Andaluza de Esperanto, en España con la Federación Española de Esperanto; y la Asociación Mundial de Esperanto tiene la sede en Roterdam (Países Bajos).
Esperanto en la Universidad de Sevilla: